El Gobierno busca fórmulas para mejorar la financiación de la Seguridad Social, según admiten fuentes del Ejecutivo. La institución de previsión registra números rojos desde 2011 y la situación no parece mejorar con la recuperación: la afiliación crece a buen ritmo (3,4% hasta junio), pero los ingresos no lo hacen igual (0,77%). Así, el agujero no se cierra y el instituto público recurre al Fondo de Reserva, que a este paso se agotará antes de que llegue el desafío demográfico y financiero de la jubilación del baby boom. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pronosticó el viernes que este es el "gran reto de futuro" de España. Hacienda trasladó a las autonomías la semana pasada su inquietud por el desequilibrio del organismo público. Hace un par de años la preocupación del Gobierno pasaba por embridar las cuentas de las comunidades autónomas. Ahora el motivo de desvelo está en la salud de la Seguridad Social. El organismo público de previsión encadena déficits desde 2011. Para este año la Autoridad Fiscal (Airef) pronosticó un agujero similar al de 2014, un 1,1% del PIB (más de 11.000 millones) y el incremento de afiliación no basta para cerrar la brecha entre gastos e ingresos. Las menores bases de cotización y la pujanza del empleo más precario restan potencial de ingresos al incremento de cotizantes. También las tarifas planas para autónomos y para la contratación indefinida, que no se compensan con dinero procedente de impuestos, pesan en las cuentas de la Seguridad Social.