Después de las vacaciones de verano, es un buen momento para empezar a trabajar en la planificación fiscal de impuestos de 2015, si no lo hemos hecho ya antes. Aún faltan poco más de cuatro meses para el 31 de diciembre, pero cada mes que pasa se reduce nuestra capacidad de maniobra de cara a intentar reducir la factura fiscal de 2015.
La planificación tributaria o fiscal es un conjunto de medidas encaminadas a reducir la carga de impuestos dentro de la legalidad vigente. Se trata pues de postergar, prevenir, evitar o minimizar determinadas cargas impositivas del contribuyente.
Este año ha venido cargado de novedades fiscales y, afortunadamente, la factura fiscal, que no hacía más que subir, parece que por fin empieza a reducirse para el conjunto de los ciudadanos, los autónomos y las empresas, es lo bueno que tienen los años electorales, amén de la mejora de la situación económica.
La bajada de las retenciones supone una menor retención, no solo para los trabajadores, sino también para autónomos, por lo que es importante calcular el impacto que tendrán estas menores retenciones en el pago de impuestos a pagar el próximo año.
También hay que tener en cuenta las modificaciones en el impuesto de sociedades, en el que se eliminan la mayor parte de las deducciones, y el tipo general pasa del 30% al 28% este año, alcanzando a partir de 2016 el 25%.
Otros aspectos a considerar son el momento de realización de determinadas inversiones, la realización de determinados gastos, o incluso la forma en la que estos se realicen; por ejemplo, podemos comprar un vehículo con fondos de la empresa, pedir un préstamo, formalizar un leasing o hacer un renting, siendo el tratamiento fiscal diferente en función del caso.
También es importante tener en cuenta los criterios de depreciación del inmovilizado de la compañía, ya que, por ejemplo, en determinados casos, se pueden realizar amortizaciones aceleradas o pueden existir limitaciones a estas.
Debemos también tener claras las repercusiones fiscales de los diferentes métodos de valoración de stocks, de las existencias que mantengamos al cierre del ejercicio, así como el impacto en el resultado del ejercicio de las dotaciones de provisiones, entre otras muchas cosas.
Este año ha venido cargado de novedades fiscales y, afortunadamente, la factura fiscal, que no hacía más que subir, parece que por fin empieza a reducirse para el conjunto de los ciudadanos, los autónomos y las empresas, es lo bueno que tienen los años electorales, amén de la mejora de la situación económica.
La bajada de las retenciones supone una menor retención, no solo para los trabajadores, sino también para autónomos, por lo que es importante calcular el impacto que tendrán estas menores retenciones en el pago de impuestos a pagar el próximo año.
También hay que tener en cuenta las modificaciones en el impuesto de sociedades, en el que se eliminan la mayor parte de las deducciones, y el tipo general pasa del 30% al 28% este año, alcanzando a partir de 2016 el 25%.
Decisiones que afectan a los impuestos de autónomos y empresas
Hay muchas decisiones que se pueden tomar para reducir la carga fiscal. Si se está pensando en empezar un negocio, el momento del alta de este ya es una decisión con repercusiones fiscales, la elección de la forma jurídica, la ubicación, etc..Otros aspectos a considerar son el momento de realización de determinadas inversiones, la realización de determinados gastos, o incluso la forma en la que estos se realicen; por ejemplo, podemos comprar un vehículo con fondos de la empresa, pedir un préstamo, formalizar un leasing o hacer un renting, siendo el tratamiento fiscal diferente en función del caso.
También es importante tener en cuenta los criterios de depreciación del inmovilizado de la compañía, ya que, por ejemplo, en determinados casos, se pueden realizar amortizaciones aceleradas o pueden existir limitaciones a estas.
Debemos también tener claras las repercusiones fiscales de los diferentes métodos de valoración de stocks, de las existencias que mantengamos al cierre del ejercicio, así como el impacto en el resultado del ejercicio de las dotaciones de provisiones, entre otras muchas cosas.