lunes, 2 de febrero de 2015

Cómo cambia tu vida si te pasas de asalariado a autónomo

Hay trabajadores asalariados que se plantean el cambio de relación laboral, para pasar a prestar servicios como profesional independiente bajo el régimen de autónomos. Un movimiento de estas características supone pasar de empleado a empresario y conlleva numerosos cambios que hay que considerar para poder comparar cuál de las dos situaciones conviene más, si trabajador por cuenta ajena o por cuenta propia.

Impuestos

En el apartado fiscal se producen muchos cambios cuando se pasa de asalariado a autónomo. Por un lado, está la cotización a la seguridad social, para la que hay que gestionar el alta y el pago mensual a realizar. Dependiendo del nivel de ingresos y de lo previsor que se sea, hay quien paga el mínimo y hay quien opta por ampliar, con el límite de la base máxima. También hay quien invierte en un plan de pensiones, pensando en lo que llegue cuando toque la jubilación.
El IVA es otro de los nuevos frentes que se abren para la gestión del autónomo y, dependiendo del sector de actividad en el que se encuentre, podrá compensar más o menos el IVA soportado con el repercutido. Por ejemplo, un consultor informático realiza una actividad que es todo valor añadido y que apenas cuenta con inputs que le exijan soportar IVA, por tanto, para él será más difícil compensarlo que para un distribuidor de material que compre y venda artículos y tenga más flujos de impuesto de valor añadido en ambos sentidos.
A la hora de hacer las el presupuesto anual de ingresos en el neto anual hay que tener en cuidado con la compensación del IVA. Es mejor hacer las cuentas de lo que se puede repercutir (gastos del coche, de oficina, de conexión a Internet, compra de equipos, etc.) para compensar IVA soportado y aplicar un factor pesimista, que pensar que se va a poder compensar el 100 % y, si no se cumple, generar un agujero presupuestario.
El impuesto sobre la declaración de la renta sigue aplicándose al trabajador autónomo, por lo que aquí cambian pocas cosas. Hay que hacer cuentas con la Agencia Tributaria cada ejercicio, en función de los ingresos que se hayan percibido a lo largo de cada uno.

Gestión

Uno de los puntos donde los autónomos tienen más carga de trabajo que un asalariado es en la gestión. Los impuestos, son el primer frente de batalla y, en el caso de que haya más complejidad (trabajadores subcontratados, contratos, etc.), tocarán más gestiones.
La mayoría de los autónomos suelen encargar a una asesoría la realización de los trámites y gestiones fiscales, pero habrá alguna que será ineludible y tocará llevarla a cabo en persona. Gestión de impuestos, de facturación, de stocks, de permisos, entre otros, son algunas gestiones que tocará llevar a cabo, bien en primera persona o a través de un tercero.

Carga de trabajo

Uno de los frentes de batalla de los trabajadores independientes es la función comercial, para buscar una carga de trabajo que sea asequible y más o menos constante a lo largo del tiempo. Quienes lo consiguen, logran obtener ingresos regulares y evitan las tensiones de las épocas de baja actividad.
En el sector de los profesionales independientes también hay competencia, por tanto, hay que tener presente las funciones de marketing y comercial permanentemente, ya que todo lo que el autónomo diga o haga puede influir en su relación futura con un cliente y con otros que puedan llegar. El autónomo debe ejecutar cada trabajo pensando que debe ser el primero de una serie de encargos que llegarán.

Organización

Muchas veces se comenta eso de “yo me hago autónomo para no tener que aguantar jefes”. En realidad, cuando uno se convierte en profesional independiente, lo que sucede es que cada cliente se convierte en un jefe, o casi. Suena muy bien eso de “me organizo yo como quiera”, “programo mi jornada según me convenga”, “llevo yo la empresa a mi ritmo”, entre otras afirmaciones típicas, pero la experiencia dice que hay que trabajar muy duro para que esto sea una realidad.
El profesional independiente es una especie de héroe solo ante el peligro, que tiene que hilar muy fino para poder llevar a los clientes por el buen camino, el que es más eficiente para su negocio y al mismo tiempo les aporta valor. Entre los clientes, habrá algunos más fáciles de llevar que otros y siempre hay que saber decir no para poder trabajar de forma organizada y sin estrés. Tengo un amigo autónomo que cada cierto tiempo me dice que echa de menos a su antiguo jefe.

Bajas por enfermedad

Una de las cosas que suele generar más miedo a los trabajadores independientes es la baja por enfermedad grave que pueda impedirles desempeñar su profesión. Para cubrirse en situaciones como esta, existen diversos seguros que pueden cubrir determinados siniestros y aportar los fondos necesarios para subsistir.
Si se piensa, el hecho de quedarse incapacitado para trabajar puede ser tan problemático en el caso del trabajador asalariado, como el el del autónomo, aunque es cierto que las pequeñas bajas pueden impactar más a este último colectivo. Día que no se trabaja, día que pueden perderse ingresos, aunque lo más preocupante siempre serán los casos extremos, de bajas de larga duración.
Sage One es un programa de contabilidad y facturación online con el que podrás gestionar tu negocio. Al ser 100% online, solo necesitarás un dispositivo con acceso a Internet para ver, controlar y gestionar todas tus finanzas.
 

Recomiendame en Google +


free counters